Cuando hablamos de dar la Vuelta a Ibiza en Kayak siempre sale el tema de las previsiones meteorológicas.

Previsiones que muchísimas veces no se cumplen o que, cuando estamos navegando, contradicen lo que vemos.

¿Por qué ocurre esto? ¿Es que no son lo suficientemente acertadas?

Ni sí ni no, en este artículo vamos a estudiar los vientos térmicos y los fenómenos.

Vientos sinópticos y vientos locales

Las previsiones e información sobre vientos y clima que solemos consultar en internet hacen referencia a datos meteorológicos sinópticos.

Esto significa que es información a gran escala procesada por ciertos modelos matemáticos y que dan como resultado una previsión meteorológica.

Si bien estas predicciones se suelen cumplir cuando hablamos de navegación de altura (como muchas veces escuché remarcar a Rodrigo, capitán de Atyla), hemos podido comprobar que no son tan acertadas cuando hablamos de navegación costera.

Fenómenos locales

Cuando analizamos las proximidades de la costa, los vientos sinópticos pueden sufrir grandes variaciones debidos a orografía, valles, acantilados, cabos o cualquier accidente topográfico que se imponga en su camino.

También diferencias de temperatura entre las superficies de la tierra y el mar afectan, con los llamados vientos térmicos como veremos a continuación.

En esta sección analizaremos los fenómenos costeros más frecuentes para, a partir de una previsión meteorológica sinóptica poder hacer una adaptación local más acertada.

Vientos térmicos

También conocidas como brisas térmicas, los vientos térmicos ocurren por diferencias de temperatura entre las superficies de la tierra y el mar.

Ya hablamos de este tema en el post sobre cómo interpretar la previsión meteorológica para kayak, por lo que te invite que te pases por allí rápidamente para leer esa sección.

Aunque son las más habituales y predominantes, existen algunos otros casos de fenómenos meteorológicos locales que debemos conocer.

Efecto punta o cabo

Navegar por Ibiza en kayak es un constante “vayamos hacia ese cabo”.

Sin embargo, también tenemos que saber que las puntas de tierra son los lugares más peligrosos para navegar.

Suelen ser zonas donde vientos y corrientes se mezclan, generando condiciones de viento y olas muy cambiantes y peligrosas.

En lo que se refiere a los vientos, las puntas hacen que este se curve alrededor de su punta, creando una zona de vientos fuertes donde ambas corrientes convergen.

A su vez, en el lado de mar cubierto por la punta existirá una zona protegida donde el viento será más suave.

Vientos térmicos y fenómenos locales meteorológicos

Fuente: Glenans

Si llegamos navegando por la zona protegida pensando que las condiciones son buenas podemos encontrarnos una sorpresa justo al intentar girar el cabo con una fuerte corriente en contra.

Una situación de vientos locales que debeos saber reconocer y en la que poner la máxima precaución.

Con acantilados

Cuando el viento sopla perpendicular a un acantilado, se genera una especie de colchón de aire en las proximidades de la costa.

En esta bolsa de aire el viento se debilita y suele la dirección puede ser muy variable.

Cuanto más alto sea el acantilado, más grande será el colchón de aire.

Navegar cerca de grandes relieves de la costa nos puede dar la sensación de que la previsión meteorológica no se está cumpliendo, cuando en realidad son los fenómenos locales los que prevalecen en esa área.

Aceleración por canalización

Cuando existen dos relieves, aunque no sean muy grandes, el viento se canaliza y aumenta su velocidad.

Esto ocurre habitualmente en valles, ríos o incluso entre islas.

Es por eso que casi nunca veremos un viento soplar perpendicular a un valle.

Dado que un viento que llega oblicuo a un relieve cambia ligeramente de dirección y se canaliza, aumenta también su velocidad.

Tendríamos que tener en cuenta este efecto cuando los vientos sinópticos vienen desde tierra y vamos a pasar en frente de un valle.

O cuando navegamos entre islas o islotes, donde también nos puede afectar el efecto de la aceleración por canalización.

Evidentemente consultar la previsión meteorológica antes de salir a navegar es obligatorio, pero ahora que conocemos cómo funcionan ciertos fenómenos locales, con suerte seremos capaces de identificar estas situaciones para hacer una interpretación local de lo que nos dicen los modelos.